Se jugó la final de la Copa Córdoba y a pesar de que las Matadoras lo dieron todo, no pudieron coronar con el titulo el gran año que tuvieron.

El sábado, en cancha de Medea, se vivió una fiesta: tribunas llenas de color, flashes de muchos periodistas, el acompañamiento de cada Club y hasta el mismo entrenador de la Selección Argentina Carlos Borrello. Nadie quiso perderse la final entre los 2 mejores equipos del campeonato: Talleres-Belgrano, Belgrano-Talleres.

Es un clásico y se vivió como tal; desde el pitazo inicial cada equipo con sus armas intentó llegar al arco rival. Si bien las Matadoras tuvieron llegadas de peligro, se toparon con una defensa férrea del Pirata. Y por el otro lado, el juego dinámico que mostraron todo el campeonato: 3 toques y pases filtrados para sus delanteras.
Así llego la primera acción de riesgo, que con una segura Valeria Alzapiedi, dejó sin chances a Maldonado. Minutos después misma formula, pase filtrado a la espalda de la última defensora de la T, que dejo sola a Sabrina Maldonado que está vez no perdonó. Terminaba el primer tiempo y las chicas piratas estaban en ventaja controlando el curso del partido.
El segundo tiempo fue aún más vibrante: con Talleres buscando de cualquier forma llegar al gol del empate y Belgrano aprovechando para sacar la contra que le diera mayor ventaja en el marcador. Tanto fueron las dirigidas por Miqueas Russo, que en el minuto 37 del complemento, falta en el área y la arbitra no dudo: penal para Talleres. Mas de uno en la tribuna, seguramente, no quiso mirar. Pero al frente de la pelota estaba Florencia Pianello y eso es garantía de gol. La goleadora le pego con el alma y batió la resistencia de Sosa. Llegaban al empate y con ello la ronda de penales para definir el campeón.

Se dice que los penales son suerte, y está vez, la suerte estuvo del lado de Belgrano. Recién en el octavo penal pateado se sacaron la diferencia: Evelyn Block no pudo con Sosa y la «Pepa» Gomez sí con Alzapiedi para que el elenco de Alberdi gritara nuevamente campeón.

No se puede negar que dejaron todo en la cancha, no solo en la final si no en cada partido jugado. Cada fin de semana, las chicas salían a disputar los partidos con la convicción que había que transpirar la camiseta de Talleres y así ganaban, gustaban y goleaban. Enamoraron a propios y ajenos, hasta recibieron el reconocimiento de campeones del mundo como Daniel Valencia y Luis Galván.
Por esto y más es que, para ellas, no va a ser un año más y no hay dudas que buscaran revancha el próximo campeonato.

Desde este medio queremos agradecer al Club, cuerpo técnico y jugadoras por permitirnos ser parte no solo del crecimiento de la disciplina, si no que también personal de cada integrante de la familia de «Las Matadoras».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *