Talleres jugó un partidazo: concentrados al 100% desde el minuto cero, sin entrar en el nerviosismo que propuso Boca de ir al roce e intentando aprovechar las pocas pelotas en ataque que quedarían. Sobre el final, se confirmó: la Bombonera no tiembla, laTe.

El partido fue parejo. No hubo grandes ventajas, pero hasta el último momento se sabía que podían haber emociones. El primer tiempo no escapó a la paridad: los primeros 20 minutos fueron completamente chatos hasta que Mauricio Caranta se lució con dos tapadas claves: a Sebastián Villa, tras una mala salida del propio arquero que se repuso y tapó el mano a mano, y un cabezazo a Franco Soldano. Pero sobre el final de la primer etapa, Talleres arrinconó al Xeneize a base de tiros de esquina que Pochettino enviaba con peligro y, sobre la última, Fragapane remató a gol e Izquierdoz salvó en la línea.

El segundo tiempo arrancó con un Boca a favor que de a poquito empujaba a Talleres a replegarse más. Federico Navarro se lució con un partido espectacular, más ordenado que ante Lanús y prolijo en el primer pase. La defensa central se lució: tanto Nahuel Tenaglia como Enzo Díaz se lucieron en la marca y pasaron al ataque con presencia cuando las jugadas lo requerían, pero sin dejar sus espaldas desprotegidas. Pérez y Komar sacaron todo y con mucha prestancia. Y cuando el partido se complicaba, el Cacique metió mano: adentro Mac Allister para morder en el mediocampo y Valoyes, para aprovechar su velocidad.

El partido era complicado y se prestaba para eso: pelota para Boca y Talleres buscando conectar algún ataque que lo deje mano a mano con Agustín Rossi. Y después de la salida de Tomás Pochettino, Joel Soñora pudo reemplazarlo más que bien. Más allá del gol, jugó un gran partido y le aportó la claridad que Pochettino, ya más cansado que en los primeros 45, no podía darle en esos minutos finales.

Cuando quedaban tres minutos, Joel Soñora tomó la pelota, encaró, vio el hueco y tocó para Guilherme Parede, que la devolvió en profundidad para el estadounidense que aprovechó la salida apresurada de Agustín Rossi para empujarla y, con suspenso, la pelota se terminó metiendo ante el desconcierto del local.

Minutos finales de desconcierto: Talleres, que ya había estado totalmente concentrado, jugó más concentrado aún y Boca, nervioso, violento e impotente, cerró el partido con las expulsiones de Agustín Obando y Carlos Izquierdoz. Ganó Talleres en La Bombonera, por tercera vez en la historia, y es lider en el «grupo de la muerte».

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